LA RECARGA: Único impedimento para la victoria del vehículo eléctrico

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Porqué está tardando tanto la sustitución de los motores de explosión y combustión en los vehículos circulantes por los motores eléctricos que dejan de contaminar y aportan tantas ventajas sobre la vieja dependencia de los derivados del petróleo?. Los fabricantes de automóviles no tienen prisa en perder las enormes inversiones de sus cadenas de producción históricas pero, sobre todo, no hay aun garantía de que los poderes públicos se lancen a proporcionar una estructura sólida y fiable de recarga de electricidad a los vehículos con motor eléctrico, ni tan solo para los híbridos.

La tecnología actual permite ahora mismo tres posibilidades diferentes para recargar un vehículo eléctrico:

1.- Recarga conductiva. Se conecta el vehículo a una toma de corriente eléctrica mediante un cable, ya sea en enchufe doméstico o en un punto de carga. Es la más asequible, usual y desarrollada.

2.- Recarga por sustitución de baterías (swapping) que consiste en la sustitución de la batería del vehículo eléctrico por otro de batería recargada al 100%. Hoy en día esta opción es más factible en el sector de las dos ruedas (bicicletas y scooters) donde hay vehículos con batería extraible.

3.- Recarga inductiva. Mejor conocida como recarga sin hilo por inducción magnética o por micoroondas, que tiene la posibilidad de recarga cuando el vehículo está detenido y presenta la ventaja de necesitar baterías de menor volumen y peso.

Desde mediados de la década pasada Europa quiere que la electricidad sea el vector energético de aplicación preferente en el sector del transporte, porque la energía eléctrica se puede generar a partir de fuentes de energía renovable y así reducir las contaminaciones producidas por los derivados del petróleo.Las estadísticas sobre movilidad cotidiana de personas según publica nuestro profesor del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la UPC Dr. Roberto Villafáfila, indican que el 80%de la población laboral activa hace diariamente unos 80 Kms que si se hicieran sobre vehículo privado, hay vehículos eléctricos puros que proporcionan esta autonomía con creces hasta 200 Kms en una sola recarga. Además los fabricantes de vehículos están instalando baterías de mayor capacidad en las nuevas versiones y modelos para garantizar autonomías de hasta 400 Kms. En los vehículos eléctricos enchufables actuales, la mayoría aun híbridos, la autonomía no es preocupación porque cuando acaban la energía de la batería disponen del motor gemelo de combustión que los equipara a los vehículos tradicionales.

Con todo ello y no siendo la tecnología un problema básico que se oponga a las necesidades de movilidad, los vehículos eléctricos que circulan en nuestro país es solamente el 1% del parque automóvil. Tampoco puede ser un motivo económico porque si bien la inversión inicial de pasarse a la electromovilidad es un 30 % superior (este no es un detalle banal), el resultado global de la explotación del vehículo eléctrico es muy inferior (3 euros cada 100 kilómetros) y no precisa tantos costes de mantenimiento y es además receptor de los benerficios fiscales, de parkings y peajes que promueven las Administraciones. Con tantos datos tecnológicos y económicos a favor porqué no existe un boom definitivo hacia el vehículo eléctrico?.

El reto principal está en la facilidad o dificultad de acceso a la infraestructura de la recarga de las baterías. A largo plazo está claro que la movilidad de las personas será diferente a la actual pero para facilitar la penetración a medio y largo plazo será preciso una mayor decisión y asequibilidad de los vehículos eléctricos en la recarga de energía, tan implantada como en los vehículos convencionales en su acceso a la provisión de combustible. Ya existe reglamentariamente un diseño de puntos de infraestructura de puntos de carga eléctrica donde se puede recargar la batería a potencia normal (3,7 kw) allí donde los vehículos passen más tiempo estacionados. Pero para incentivar un mayor uso del vehículo eléctrico para la movilidad cotidiana privada principalmente hacen falta sobre todo puntos de carga de oportunidad en lugares donde el vehículo pueda estar pocas horas estacionado (de potencias medias de hasta 22 kw) y puntos de carga de elevada potencia (hasta 50 kw) para recargas de emergencia que duren solo unos minutos. Ello no existe aun y hasta que ello sea así la implantación de vehículos eléctricos no se acelerará. Si se notará en vehículos de transporte públicos bajo control empresarial y en empresas de transporte o con parques de vehículos controlados y con itinerarios cerrados, pero queda lejos que los vehículos eléctricos alcancen a la vista el 10% del parque automóvil.