El análisis organizativo: estudio de los riesgos de sobrecarga de las extremidades superiores

Escrito por Prevención Integral - España

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Identificación de las tareas, de los tiempos de ciclo y de desarrollo y de los períodos de recuperación

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La primera fase de un análisis del trabajo dirigido a estudiar los riesgos de sobrecarga biomecánica de las extremidades superiores comporta la identificación, en el turno laboral, de las tareas laborales, de la existencia de pausas de descanso programadas, y de la secuencia de tiempos de espera o tiempos pasivos.

Ante todo es necesario identificar la presencia de tareas repetitivas, es decir de tareas caracterizadas por la presencia de ciclos con acciones técnicas que deben ser realizadas por las extremidades superiores. Durante un turno de trabajo se pueden efectuar una o varias tareas repetitivas; se las debe identificar una a una y describir en términos de duración en el turno (en minutos).

De la misma manera se deben identificar las tareas no repetitivas (o no basadas en ciclos) y se debe señalar su duración en el turno (en minutos). Estas pueden ser, por ejemplo, tareas de abastecimiento, preparación, limpieza, transporte...

Existen además algunas tareas que no implican acciones de las extremidades superiores (como por ejemplo el control visual). Estas tareas pueden ser consideradas como períodos de recuperación de las extremidades superiores, y su duración (en minutos) y distribución (frecuencia) deberá ser cuantificada con esmero.

Los tiempos de espera de una máquina (o tiempos pasivos), en general, no deben ser calculados, a menos que cada tiempo pasivo tenga un carácter cíclico y dure, por lo menos, diez segundos consecutivos dentro de cada minuto de trabajo repetitivo. En estos casos, estos períodos servirán de tiempos de recuperación dentro del turno.

Los factores fisiológicos y de descanso se señalarán como tiempo de recuperación cuando involucren pausas o interrupciones de actividad que duren por lo menos cinco minutos consecutivos. En lo que respecta a la distribución de estos factores durante el turno, es importante estudiar no sólo su duración total, sino también, la distribución y la duración de cada interrupción de actividad. En caso de que exista una distribución no programada de pausas o interrupciones, es importante analizar qué se hace habitualmente cuando esto sucede. Para calcularlo se puede obtener la información de observaciones o de entrevistas a una muestra significativa de trabajadores.

Este análisis organizativo puede ser realizado utilizando fichas como las que se muestran a continuación. La primera ficha sirve para indicar la duración de los turnos de trabajo, la presencia de factores fisiológicos y de descanso y en qué porcentaje, la distribución en los turnos de las pausas e interrupciones de las actividades programadas, la presencia y duración de la pausa del almuerzo, la distribución media/subjetiva de otras pausas eventuales o interrupciones de actividad.

ERGO 2

Para cada tarea repetitiva, una vez que se haya identificado su duración real (excluyendo todas las otras tareas no repetitivas o de control y las pausas o interrupciones de actividad de más de 5 minutos), es necesario definir cuántos elementos deben ser realizados por cada operador en un turno. La relación entre el tiempo neto de trabajo repetitivo y el número de elementos que hay que realizar en un turno permite determinar el tiempo neto de ciclo. Este dato es básico para calcular la frecuencia de acción.

La tercera ficha presenta un esquema útil para registrar estos datos -tanto mediante el cálculo del tiempo neto de ciclo de cada tarea repetitiva, como mediante la cuantificación del tiempo de ciclo en rendimiento estimado de cada tarea repetitiva.

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