“Análisis de los accidentes de trabajo por sobreesfuerzo”

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ABSTRACT

Conocer la realidad que rodea a los accidentes laborales es fundamental para diseñar programas de actuación efectivos, que reduzcan su frecuencia. Con este objetivo realizamos el estudio analítico cuyos resultados queremos presentar.

El estudio comprendió el análisis de la información contenida en los partes de accidente notificados durante un año y la investigación, mediante visita a la empresa, de uno de cada diez accidentes pertenecientes al grupo que, gracias a que en una fase anterior habíamos tipificado los sectores de actividad y el tamaño de las empresas donde había una mayor frecuencia de sobreesfuerzos, sabíamos que nos iba a aportar más, y más fiable, información.

Los resultados proporcionaron gran cantidad de datos útiles sobre el entorno de los sobreesfuerzos: tipificamos las empresas de riesgo según su tamaño y actividad, cuantificamos la importancia de la manipulación manual de cargas y las posturas forzadas como mecanismos de producción, pudimos valorar la influencia de factores organizacionales y la implantación real de la gestión preventiva en las empresas respecto a estos accidentes.

Palabras clave: Sobreesfuerzos; Ergonomía; Accidentes; Manipulación manual de cargas.

INTRODUCCIÓN

Los datos utilizados para el estudio fueron los recogidos en el Centro de Seguridade e Saúde Laboral de A Coruña, correspondientes, por lo tanto, a todos los accidentes notificados oficialmente en la provincia, es decir accidentes con baja.

Nos centramos en los accidentes declarados como “sobreesfuerzo físico – sobre el sistema musculoesquelético”, ya que, desde el punto de vista ergonómico presentan una clara problemática específica, aunque sabíamos con anterioridad que este grupo es como un cajón de sastre en el que se meten muchos accidentes que no deberían estar en él.

El objetivo principal era recabar información sobre los accidentes como base para el diseño de posteriores programas de actuación.

Para ello queríamos:

  •  objetivar el porcentaje de accidentes que realmente estaban producidos por un sobreesfuerzo físico, evaluando a la vez la correcta o incorrecta notificación de los partes. 
  •  comprobar si, como presuponíamos, se concretaban situaciones de manipulación manual de cargas, adopción de posturas forzadas para las articulaciones, repetitividad de los movimientos requeridos, y realización de esfuerzos físicos notables. 
  •  comprobar si se estaban notificando como accidentes de trabajo situaciones que debieran ser notificadas como enfermedad profesional.
    METODOLOGÍA
    A la vista de la gran cantidad de información con la que habría que trabajar, se efectuaron una serie de actuaciones previas, que nos ayudarían a delimitar la muestra del estudio, ante la incapacidad operativa de realizar una investigación “in situ” de todos los accidentes recibidos.
    Actuaciones previas
    Partiendo de la base de que la distribución de los accidentes, por sobreesfuerzo, es muy dispar en función de las distintas empresas y de los distintos sectores de actividad, la primera premisa que se planteó, fue la de intentar diseñar una muestra en la que se pudiera aglutinar lo más posible esa gran cantidad de información, ya de por si dispersa, de manera que se facilitase la recogida de los datos que resultaran más significativos.
    Con tal motivo, se procedió a dar los siguientes pasos sobre los accidentes notificados en un período de seis meses:
    1o Establecer una relación entre la frecuencia de los accidentes (forma de producción = 71), con la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE 93), para ello se escogió el código con tres dígitos, con la idea de que el cuarto dígito iba a parcelar excesivamente la información y al contrario el código con dos dígitos iba a generalizarla de tal manera que nos haría contar con sectores que en realidad no eran representativos.
    2o Establecer una relación entre la frecuencia de los accidentes (forma de producción = 71) y el tamaño de la plantilla de las empresas.
    El análisis de estos datos se realizó teniendo en cuenta el mes en que habían sucedido, porque de esta forma podríamos valorar las variaciones observadas en función de los meses y ver si aparecía alguna diferencia. Si así fuera, nos veríamos obligados a contemplarlo en el estudio propiamente dicho.
    Preparación de la muestra del estudio
    Una vez realizadas las actuaciones previas, y analizada la información que de ellas se derivaba, se elaboró la muestra para el estudio entre los accidentes que se habían notificado en un período de un año.
    La muestra, una vez realizadas su depuración para que cumpliese los requisitos, se componía de 3 193 partes. 

 

Trabajo de campo

Dado que la información contenida en los partes no nos parecía suficiente para obtener resultados, y que uno de los problemas que sospechábamos era que éstos no reflejaban fielmente lo sucedido en el accidente, éramos conscientes de la necesidad de investigar “in situ” una cantidad determinada de accidentes.

Estos accidentes se escogerían aleatoriamente, seleccionando por orden de entrada uno de cada diez partes. Esto significaba realizar 319 visitas.

Al afrontar la investigación individualizada de cada uno de esos accidentes, nos encontramos con diversas situaciones que nos imposibilitaron la realización de la proyectada investigación en 40 de los casos. Entre ellas cabe destacar: La imposibilidad de establecer contacto con la empresa debido a problemas de filiación en los partes de accidente recibidos y que no pudieron ser solventados; el hecho de que, aunque el accidente hubiese ocurrido en la provincia de A Coruña, la empresa radicaba fuera de la comunidad autónoma, no teniendo razón social conocida en la provincia; y, finalmente, la falta de colaboración mostrada por algunas empresas que, después de establecer los contactos previos para la realización de la visita, decidieron no colaborar en el estudio.

Quedaba, por tanto, un montante total de 279 accidentes a cuyas empresas se realizó la pertinente visita. Aún entonces, y a pesar de todos los filtros previos, tuvimos que descartar otros 21 accidentes por no estar causados por sobreesfuerzo.

Para recabar la información derivada de la investigación en la empresa se procedió a la elaboración de un cuestionario mediante la síntesis de los cuestionarios de investigación de accidentes por sobreesfuerzo y de investigación de enfermedades profesionales, publicados por el Instituto Navarro de Seguridad y Salud Laboral, con alguna adaptación personal.

Se recogió abundante información sobre los siguientes aspectos:

  • 1  La empresa. 
  • 2  El trabajador. 
  • 3  Puesto de trabajo. 
  • 4  Vigilancia de la salud. 
  • 5  Las tareas. 
  • 6  Condiciones de trabajo. 
  • 7  La gestión de Prevención de Riesgos Laborales. 

RESULTADOS DE LAS ACTUACIONES PREVIAS

Como señalamos antes nos interesaba conocer en que tipo de empresas, en cuanto a su plantilla y su actividad, se daban con mayor frecuencia estos accidentes

Frecuencia en función del código de actividad

Los sectores donde aparece mayor frecuencia de accidentes por sobreesfuerzo, codificados según Código Nacional de Actividades Económicas del año 93, son:

o Sector 502 de acuicultura.
o Sector 152 de elaboración y conservación de pescados y productos

a base de pescado.
o Sector 45: Construcción

 

o Sector 52: Comercio al por menor, excepto de vehículos de motor y motocicletas. Reparación de efectos personales y enseres domésticos.

o Sector 851 de actividades sanitarias.

Se hace referencia al código de dos dígitos cuando la frecuencia de los accidentes es similar en la mayoría de los subniveles y se hace referencia al de tres dígitos cuando la accidentabilidad prácticamente se concentra en uno de ellos.

Frecuencia en función del tamaño de la plantilla de la empresa

Se calcula el índice de siniestralidad por tramos de plantilla, utilizando los datos del Instituto Nacional de Estadística acerca del número total de empresas existentes en la provincia en base a los tramos de plantilla establecidos y el tamaño medio de las empresas.

Consecuentemente a los datos obtenidos se decidió no analizar los accidentes acaecidos en aquellas empresas con menos de 6 trabajadores, así como en los trabajadores autónomos, debido a su escasa representatividad en el total de la muestra.

CONCLUSIONES

Fiabilidad de la información existente

Uno de los aspectos que se confirma cada vez que realizamos un estudio pormenorizado de partes notificados, tanto de enfermedad como de accidente, es que la fiabilidad de la información recogida en ellos es muy escasa, por ejemplo:

Se comprobó que un número relevante de partes no se deberían haber codificado bajo el epígrafe 71. En la descripción del accidente se encontraban situaciones como: “tropezó y se torció el tobillo”; “resbaló y se lastimo la pierna”; “se cayó de la caja del camión” y muchas otras de carácter similar.

Esto lleva a sospechar que, en ocasiones, las estadísticas sobre siniestralidad nos dan datos que no reflejan la realidad de forma adecuada. El problema tiene una gran importancia ya que, los datos existentes van a ser la base del diseño de las diversas actuaciones de la Administración y de las Mutuas de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales en relación con la prevención de accidentes y enfermedades laborales. Evidentemente si la información sobre la que se diseña la actuación no es cierta, su eficacia no puede ser la esperada.

Estructurar y llevar a cabo planes de actuación en estas condiciones tiene repercusiones negativas entre las que cabe señalar:

  •  La pérdida de eficacia. 
  •  El malgasto de recursos. 
  •  La frustración por parte de los participantes en el programa. 
  •  La percepción por parte de la sociedad de que, o no se realizan esfuerzos para disminuir la siniestralidad, o es una lacra imposible de erradicar, con lo que no merece la pena molestarse.
    Por todo ello, sería sumamente importante mejorar el sistema de forma que nos asegurase la fiabilidad de la información recogida en los partes de notificación.
    Peso de las microempresas en los accidentes por sobreesfuerzo
    La importancia de los accidentes por sobreesfuerzo en las empresas de menos de 

 

seis trabajadores es considerablemente menor de lo que se esperaba.

Tradicionalmente estamos acostumbrados a considerar las microempresas como un grupo de alta siniestralidad. Se sabe que la implantación de la gestión en prevención de riesgos laborales en estas empresas es mucho menor que en las medianas o las grandes.

Es cierto que el colectivo de trabajadores que pertenecen a microempresas es muy amplio, por lo tanto, cualquier hecho que les afecte aunque sea en un pequeño porcentaje tendrá repercusión notable en el mundo laboral. En este caso en concreto la importancia vendría de ahí, del número total de los accidentes por sobreesfuerzo. Pero en realidad tampoco el volumen total es tanto. Si ordenamos de mayor a menor los grupos de empresas en función de la plantilla utilizando como criterio la frecuencia bruta de los accidentes por sobreesfuerzo, el grupo de empresas de menos de seis trabajadores ocupa el cuarto lugar.

Teniendo en cuenta la veracidad de que la implantación de la gestión de la prevención de riesgos laborales es mucho menor en las microempresas, debemos valorar que existen factores propios de este tipo de empresas que se convierten por sí mismos en factores de prevención.

Dentro de los factores organizacionales, desde un punto de vista ergonómico el control sobre el trabajo y la variedad de las tareas asumidas por el trabajador son factores fundamentales. La variedad de las tareas disminuye o elimina la monotonía y reduce el tiempo de exposición a condiciones de trabajo generadoras de riesgo (posturas forzadas, manipulación manual de cargas, etc.). El control sobre el trabajo permite organizar la ejecución de las tareas de forma que tanto la fatiga física como la mental no lleguen a un nivel excesivamente alto.

Por lo tanto el tipo de organización existente en las microempresas, al ser más ergonómico, previene la aparición del accidente, aunque esto suceda de forma intuitiva.

Actividad de las empresas

Las actividades que presentan mayor accidentabilidad en cuanto a la causa que estamos analizando son la construcción y el comercio al por menor.

La primera de ellas agrupa al 22,54% de los accidentes por sobreesfuerzo y la segunda el 11,63%.

Sobre los accidentes ocurridos en el sector de la construcción se deben tener en cuenta varios detalles:

  •  La construcción naval está catalogada en otro epígrafe, sus accidentes por tanto, no entran en este apartado. 
  •  Sí, está integrado todo el proceso constructivo y de hecho un número importante de accidentes pertenecen al apartado de instalaciones (fontanería, electricidad, etc.) y al de acabados (pintura, alicatado, etc.). A pesar de esto la accidentabilidad más importante se encuentra en la fase de estructura y la fase de tabicado.
    En lo concerniente a la actividad de comercio al por menor, se puede matizar que 
    •  La mayoría de los accidentes se dan en distribuidoras de alimentación 
    •  La accidentabilidad es alta tanto en los supermercados donde se atiende directamente al público como en los almacenes
      Los accidentes van unidos, en la mayoría de los casos, a tareas de preparación de pedidos y de reposición. 

Edad y sexo del/a trabajador/a accidentado/a

En el caso de los varones el mayor número de accidentes sucede en trabajadores que se sitúan entre 21 y 31 años, la frecuencia va disminuyendo según aumenta la edad.

Evidentemente es fácil ligar la juventud de los trabajadores con su falta de experiencia en el trabajo. Debemos tener en cuenta que hablamos de accidentes que, en su inmensa mayoría, ocurren en trabajos sin cualificación, es decir el trabajo se aprende en la propia empresa.

En el caso de las mujeres la máxima frecuencia de los accidentes por sobreesfuerzo se da entre los 31 y 40 años, un poco más tarde que en el caso de los varones.

Son dos las posibilidades para que esto suceda:
a) Incorporación al trabajo más tardía de la mujer que del hombre.
b) Los riesgos a los que están expuestas podrían tardar más en causar lesión.

Los accidentes por sobreesfuerzo supusieron que en ese período se accidentase un 1,72% de la población masculina ocupada y un 0,70% de la femenina. Claramente podemos decir que el colectivo de los hombres está más afectado.

Antigüedad

Es muy importante la información que nos suponen los datos sobre la antigüedad en la empresa. El grupo de mayor tamaño, con mucho, es el de los accidentes en personas que llevan en la empresa un año o menos, y supone un 34,11% del total. El grupo que le sigue ya es claramente menor y agrupa el 16,28% de los accidentes, correspondiendo a los trabajadores cuya antigüedad es mayor de un año y menor o igual a dos. Evidentemente la falta de experiencia es un desencadenante del accidente, pero podría suplirse con formación. Dado que teóricamente estos trabajadores han recibido formación podemos concluir que ésta es insuficiente o inútil.

A este respecto deberíamos apuntar dos medidas preventivas muy importantes:

  •  La efectiva introducción de la prevención de riesgos laborales en las enseñanzas de formación profesional, pero no con un desarrollo teórico sino eminentemente práctico en el que se abordaran únicamente aquellos riesgos que el desarrollo de la tarea que se está aprendiendo supone. El peso de la prevención en el cómputo total de horas del ciclo debería ser muy importante pues, definitivamente, va a capacitar al trabajador para mantenerse sano. La empresa es responsable de la salud de sus trabajadores pero el trabajador debe estar concienciado y tener los conocimientos suficientes para aceptar y cumplir las medidas impuestas por la empresa e, incluso, poder hacer sugerencias que contribuyan a mejorar su seguridad y su salud. 
  •  En ergonomía y concretamente en el campo de los movimientos repetitivos es harto conocida la necesidad de no introducir de golpe al trabajador en la jornada de ocho horas de exposición al riesgo. Las estructuras corporales deben pasar un período de adaptación al esfuerzo que les supone la realización del trabajo, de tal forma que ésta se convierta al principio en un entrenamiento. Esta medida conviene en todos aquellos trabajos que conlleven una carga física importante.
    Relación con el día de la semana
    El día de la semana que más accidentes de este tipo suceden es el lunes: un 23,35%. La frecuencia disminuye progresivamente a lo largo de la semana hasta el viernes donde ocurren un 15,5% del total. No hemos podido hallar un motivo claro 

para que esto suceda así, pero han surgido distintas teorías que, finalmente, podemos agrupar en dos:

a) Los accidentes que se declaran y reciben asistencia médica el lunes se derivan de un excesivo desempeño físico en el fin de semana. Esta actividad puede ser de varios tipos: trabajo en el hogar; trabajo agrícola en el terreno familiar; actividades deportivas diversas, etc.

Esta teoría tiene en su contra el siguiente hecho: como podemos ver en la tabla, la tendencia a disminuir la frecuencia de los accidentes a lo largo de la semana es paulatina.

Lunes

23,35%

Martes

20,00%

Miércoles

18,15%

Jueves

16,90%

Viernes

15,5%

Sábado

1,62%

Domingo

0,2%


Evidentemente no podemos valorar la frecuencia del sábado y el domingo porque el número de personas expuestas es mucho menor y no lo conocemos para poder ponderarlo.

La teoría del excesivo desempeño físico en el fin de semana parece que concordaría más con un elevado número de accidentes el lunes y luego una estabilización a lo largo de la semana, y no un descenso paulatino como sucede. No parece muy factible que una persona accidentada el domingo espere hasta el miércoles para recibir asistencia.

b) La segunda teoría plantearía lo contrario: Sería la reanudación de la actividad después del sedentarismo del fin de semana lo que provocaría que aquella estructura anatómica que, en realidad, ya está en malas condiciones, debido a una utilización excesiva, se lesione. Esta situación provocaría el mayor número de accidentes del lunes. A partir de ahí entraría en juego una función entre dos factores, a saber:

  •  Estado de la estructura determinada 
  •  Utilización a la que se le está sometiendo en ese momento.
    Dicha función daría como resultado una evolución de los accidentes en la que aquellas estructuras en mejor estado previo o que menos se estén utilizando en ese momento tardarían más en lesionarse o no lo harían, llegando otra vez al fin de semana.
    Lesiones más habituales
    La zona del cuerpo que más se lesiona en este tipo de accidentes es, sin ningún género de dudas, la espalda (55,31% de los casos). Le sigue en importancia pero a mucha distancia, la zona del brazo y el hombro (16,37% de los casos) y a continuación la mano – muñeca (10,5% de los casos).
    Vigilancia de la salud
    La vigilancia de la salud no parece suponer una importante contribución a la prevención del accidente, la conclusión de los datos es que no se puede prever la 

aparición de la lesión incapacitante. Hay que tener en cuenta que la inmensa mayoría de los trabajadores fueron dados como aptos sin ningún tipo de restricciones en los respectivos reconocimientos médicos (iniciales o periódicos) realizados.

De todas formas es chocante que ese 13,18% de trabajadores que ya habían sufrido el mismo problema con anterioridad y, en varios de los casos, en repetidas ocasiones, no genere ni siquiera una pequeña limitación a la hora de desarrollar la tarea.

Es posible también, por buscar una explicación, que los protocolos utilizados en personas expuestas a estos riesgos no sean válidos y por tanto no ayuden a descubrir una lesión que se está gestando, o bien estos no estén siendo utilizados con todo el rigor necesario. Si esto es así el objetivo de prevención primaria, que justifica la aplicación de estos protocolos, no se podría alcanzar.

Incidencia de la lesión

El hecho de que en un 52,71% de los casos hubiera en el mismo puesto de trabajo otros trabajadores que habían sufrido lesiones similares confirma que no se puede culpabilizar a los trabajadores invocando una deficiente realización de la tarea. Está claro que la mínima frecuencia de sobreesfuerzos que aparece en muchos puestos de trabajo, como por ejemplo bombero y jardinero, nos encamina a pensar en el puro accidente y en cambio la acumulación existente en otros puestos como los de encofrador, en la actividad de construcción, y preparador de pedidos, en la de comercio al por menor, nos habla de deficiente diseño de las tareas con: excesiva manipulación de cargas, adopción de posturas forzadas durante demasiado tiempo, etc., y lo más triste es que, a estas alturas, ese deficiente diseño no ha sido objeto de ninguna atención ni ninguna medida preventiva por parte de las empresas ni por parte de los servicios de prevención.

Formas de producción

Las cuatro formas de producción más habituales en estos accidentes son:

  • a)  Manipulación manual de cargas: esta condición de trabajo causa el 59,60% de los accidentes por sobreesfuerzo. 
  • b)  Posturas forzadas, su adopción es causa del 10,60%. 
  • c)  Laaplicacióndefuerzasoriginael5,65%. 
  • d)  La exposición a movimientos repetitivos provoca el 2,78% de los accidentes por sobreesfuerzo. 

Viendo los mecanismos de producción existentes reivindicamos que los accidentes por sobreesfuerzo en cuanto a su análisis y evaluación se retiren definitivamente del área de seguridad industrial, ya que esta disciplina no estudia las condiciones de trabajo que los originan, y pasen a las áreas de ergonomía en donde toda la problemática relacionada con ellos es una problemática reconocida y estudiada.

Condiciones de trabajo que generan riesgo

En cuanto a los riesgos existentes en los puestos de trabajo, con mucho el más habitual, es la manipulación manual de cargas mayores de tres kilos, seguido no muy lejos de la adopción de posturas forzadas; a mayor distancia y por este orden aparecían la aplicación de fuerzas; los movimientos repetitivos y, finalmente, la manipulación manual de cargas de menos de tres quilos de peso.

Hay que tener en cuenta que en un puesto de trabajo pueden aparecer uno o más de estos riesgos. Los dos que se asocian con mayor frecuencia son la manipulación manual de cargas y la adopción de posturas forzadas.

Siendo la condición de trabajo que más habitualmente provoca estos accidentes la manipulación manual de cargas, podemos sobre ella dibujar el siguiente mapa:

  •  Causa el 59,60% de los accidentes. 
  •  Lesiona con preferencia la espalda. 
  •  La manipulación manual de cargas con riesgo dorsolumbar está presente en el 86,82% de los puestos investigados, independientemente de que haya sido o no la causa del accidente. Es decir en el tipo de trabajos que se agrupan en este estudio, la manipulación manual de cargas es una condición de trabajo habitual.
    Para valorar el grado de atención que se les prestaba a las causas de los accidentes desde la gestión de la prevención de riesgos, definimos “riesgo identificado” como aquel que simplemente aparecía en la evaluación de riesgos y “riesgo evaluado” como el que había sido sometido a un método objetivo de evaluación. Es decir, no considerábamos como tal la evaluación hecha por el técnico sin la utilización de un criterio objetivo. Esto puede ser ampliamente criticado, pero lo respalda, confirmando nuestras sospechas, el hecho de que no se tuviera conocimiento de los pesos movidos por el operario, a pesar de que la manipulación manual de cargas fuese un riesgo recogido en la evaluación. Incluso en aquellos casos en que el técnico que había realizado la evaluación estuvo presente en la entrevista, tampoco él nos supo decir ni los pesos movilizados, ni el peso total manipulado a lo largo de la jornada.
    La situación real es que la manipulación manual de cargas estaba identificada en un 71% de los casos en los que efectivamente existía, pero sólo se había evaluado de forma objetiva en un 4% de ellos.
    Está claro que si no se conocen las características del riesgo que ha causado el accidente, difícilmente se va a prevenir. Peso de la carga manejada, distancias tanto vertical como horizontal, frecuencia de la manipulación, eran parámetros absolutamente desconocidos tanto para el técnico evaluador como para la empresa.
    A mayores hay también que señalar que, incluso en aquellos casos que se había investigado el accidente, tampoco se hacía a posteriori una evaluación de la tarea. Es decir, se reconocía el origen de lo sucedido en la manipulación manual, pero no se describía la tarea ni, por supuesto, se recomendaba ninguna medida preventiva que afectase a ésta.
    La medida preventiva recomendada con más frecuencia en estos accidentes es la formación. Efectivamente: la formación es útil y necesaria pero una tarea mal diseñada, con un peso excesivo o unas dimensiones de la carga (por poner un ejemplo) difíciles de manejar, no va a disminuir el nivel de riesgo por mucha formación que se de al trabajador.
    Factores organizacionales
    Se esperaba que tuvieran un mayor peso en el desarrollo de los accidentes y, sin embargo, no se ha podido constatar que sean influyentes quedando como factor primordial la carga física de los puestos de trabajo.
    DESCRIPCIÓN DE LA SITUACIÓN
    En definitiva podemos concluir:
    Falta absoluta de atención por parte de la estructura preventiva de las empresas hacia una problemática que, vemos, es muy numerosa y consecuentemente con unos costes humanos y materiales muy notables. 

 

  •  Como se preveía, escasa o nula aplicación de la ergonomía en la planificación preventiva. 
  •  Inutilidad de las evaluaciones en cuanto a los riesgos de origen ergonómico. Destaca la falta de rigor y de objetividad así como el desconocimiento de los puestos por parte del evaluador. 
  •  Constatación de que la realidad, como antes se reseñó, demuestra que este tipo de accidentes deben ser valorados no desde la perspectiva de la seguridad industrial sino desde las áreas de ergonomía. 
  •  A la vista de los importantes costes que representan este tipo de situaciones y comprobando que la prevención de las mismas no se está realizando de una manera eficaz, ni se le concede la importancia que merece, es necesario valorar la conveniencia de la implantación de planes de prevención de lesiones músculo esqueléticas, diseñados desde el punto de vista de la ergonomía, mediante la planificación de un programa específico para conseguir la concienciación empresarial y de los propios trabajadores, y así reducir el número de estos accidentes que tanto contribuyen a incrementar las cifras de la siniestralidad laboral.
    REFERENCIAS
    1. SiniestralidadeLaboral,Galicia2000.XuntadeGalicia.

    2. SiniestralidadeLaboral,Galicia2001.XuntadeGalicia
    3. SiniestralidadeLaboral,Galicia2002.XuntadeGalicia
    4. SiniestralidadeLaboral,Galicia2003.XuntadeGalicia
    5. SiniestralidadeLaboral,Galicia2005.XuntadeGalicia
    6. www.cfnavarra.es/insl/tme/Otras/InvestigaciónEP-ME.pdf 7. www.cfnavarra.es/insl/tme/Otras/InvestigaciónAT-ME.doc 8. www.ine.es
    9. www.ige.eu
    10.Orden TAS/2926/2002, de 19 de noviembre, del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, por la que se establecen los nuevos modelos para la notificación de los accidentes de trabajo
    11.Real Decreto 330/2003, de 14 de marzo, por el que se modifica el Real Decreto 1560/1992, de 18 de diciembre, por el que se aprueba la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE-93)
    12.Diccionario de la Real Academia Española
    13. Diccionario de la Lengua Española. Editorial Planeta
    14.Diccionario Gallego de Términos Médicos de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Galicia
    15.Estudio de situación sobre las notificaciones de accidentes por sobreesfuerzos. Instituto Aragonés de Seguridad y Salud Laboral.
    16.Prevención de los trastornos músculo-esqueléticos: hacia un planteamiento global. Philippe Douillet y Michel Aptel. Agencia Nacional Francesa para la Mejora de las Condiciones de Trabajo (ANACT, Lyon, Francia). Instituto Nacional Francés para investigación y la Seguridad (INRS, Nancy, Francia), centro temático de investigación de la Agencia Europea en materia de trabajo y salud. 

 

17.Estrés de origen laboral y trastornos musculoesqueléticos: ¿existe algún vínculo?. Dr. Jason Devereux. Centro temático de buenas prácticas (en materia de TME) de la Agencia Europea. Robens Centre for Health Ergonomics, Universidad de Surrey, Reino Unido.

 

Seoane Farré Rocío

Departamento de Medicina Laboral y Ergonomía / Centro de Seguridade e Saúde Laboral de A Coruña / ISSGA / r/Montserrat sn – 15009 A Coruña, España

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Fernández Vázquez Antonio

Departamento de Medicina Laboral y Ergonomía / Centro de Seguridade e Saúde Laboral de A Coruña / ISSGA / r/Montserrat sn – 15009 A Coruña, España

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