Opciones razonables (y no tanto) frenteal problema del cambio climático

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Desde la eliminación de los combustibles fósiles hasta fabricar nubes refrigerantes, se multiplican todo tipo de propuestas

Por Martín De Ambrosio

 

Mucho se ha hablado de las causas del cambio climático (más que nada, de los gases de efecto invernadero que el ser humano emite a la atmósfera) y de las consecuencias que puede tener en territorios, economía y vidas (humanas, animales, vegetales). Pero quizás un poco menos se dice sobre la colección de soluciones que están a disposición. Sobre alguna de ellas se ha hablado más; otras, son virtualmente desconocidas o esotéricas, tanto como peligrosas, porque todo puede empeorar.

El Papa -con una encíclica histórica, bien argumentada y festejada hasta por los ecologistas agnósticos- puso hace diez días una cuña en un asunto que excede lo ambiental; aunque en verdad lo ambiental, bien entendido, siempre excedió lo ambiental: todo el tiempo se trató de salvar a las ballenas para salvar al ser humano. El que sigue no es un listado completo, porque a cada instante se suman propuestas, algunas francamente hilarantes:

ELIMINAR LOS COMBUSTIBLES

Nivel de aplicabilidad: Mediano

Grado de sensatez: Alto

Es la más vieja de las opciones. Si la causa del cambio climático global es la existencia de gases de efecto invernadero en la atmósfera producto de la quema de combustibles fósiles, dejar de emitirlos parece elemental, Watson. Pero, pese a la sensatez de la solución y a que la opción (energías renovables) está disponible y mejora rápidamente, las economías continúan siendo petroeconomías. "Sabemos que la tecnología basada en combustibles fósiles muy contaminantes -sobre todo el carbón, pero aun el petróleo y, en menor medida, el gas- necesita ser reemplazada progresivamente y sin demora", señala el texto del Papa. Los miembros del poderoso G-7, en la reunión de este mes en Alemania, dijeron que querían terminar con ellos "en el curso de este siglo". Veremos si lo logran, veremos si alcanza.

LIBRE COMERCIO

Nivel de aplicabilidad: Alto

Grado de sensatez: Bajo

La solución preferida por los republicanos extremos de los Estados Unidos, enemigos declarados del Papa argentino, a quien acusan de filo-marxista, o directamente de comunista. La idea en este caso es dejar las cosas como están, porque así como el mercado produce en ocasiones ciertas aberraciones el mismo mercado las soluciona, si se le da el tiempo suficiente. En todo caso, sí aceptan estimular mecanismos liberales de mercado como los llamados "bonos de carbono".

LIMITAR EL COMERCIO

Nivel de aplicabilidad: Bajo/Mediano

Grado de sensatez: Mediano

Según algunas cuentas, el transporte derivado del comercio internacional se lleva hasta un tercio de todas las emisiones de gases contaminantes. Desde luego, si se detuviera manu militari y de un día para el otro, las consecuencias sociales serían gravísimas, pero sí convendría, por ejemplo y desde el plano individual, consumir bienes generados lo más localmente posible. Es lo que se llama "huella de carbono" de los productos. Tal es el caso, por nombrar uno, de lo que cuesta en términos de emisiones consumir en La Pampa un kiwi producido en el interior de Nueva Zelanda, que requirió llevarlo hasta el puerto, transporte marítimo y terrestre. No tiene demasiado sentido cuando se puede consumir una fruta hecha localmente.

ACUERDOS DE LA ONU

Nivel de aplicabilidad: Mediano/Alto

Grado de sensatez: Alto

El COP-21 de París en diciembre próximo genera expectativa. El "21" de esta próxima reunión no es casualidad: indica igual cantidad de años desde que fue la primera cumbre intergubernamental para intentar solucionar el cambio climático. Eso solo debería llamar la atención sobre su falibilidad; sobre todo tras el intento de Kyoto (¡en 1997!), cuyo protocolo en verdad nunca llegó a funcionar. Sin embargo, un acuerdo internacional, con reducciones de gases contaminantes ahora voluntarias (y no obligatorias) de cada país, es lo más razonable sobre todo si se lo compara con otras soluciones tecnológicas de aplicación universal pero unilateral por parte de los países poderosos. Eso sí, en el caso de firmarse París, recién empezaría a entrar en vigor en 2020. Para algunos, será tarde.

PLAN MARSHALL

Nivel de aplicabilidad: Bajo

Grado de sensatez: Mediano/Alto

Para la autora e investigadora canadiense Naomi Klein (aquella del manifiesto antimarca llamado No logo), la situación es tan grave que merece compararse con las ruinas en las que estaba Europa tras el final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945. Entonces, para salir de semejante crisis, debería hacerse un esfuerzo similar al de períodos bélicos, férrea supervisión estatal incluida. "No es fácil, pero es éticamente imperioso", concede Klein.

ACCIONES DE LOS INDIVIDUOS

Nivel de aplicabilidad: Bajo

Grado de sensatez: Alto

Es lo que reclaman desde ONG hasta líderes religiosos, incluyendo el líder del Vaticano. Se trata de que cada uno tenga menos actos perjudiciales para el ambiente, desde sus opciones de movilidad hasta sus consumos diarios. El punto en contra que tiene es que las acciones de millones son equiparables a las de unos pocos individuos cuando deciden, por ejemplo, la explotación de recursos fósiles a través de la fractura hidráulica, o fracking.

SEMBRADO DE HIERRO

Nivel de aplicabilidad: Bajo/Mediano

Grado de sensatez: Escaso

Ya se hizo algunas veces, a modo de prueba unilateral: se colocó hierro en los mares del Pacífico canadiense para ver si funcionaba como idea contra el cambio climático. La ecuación científica que hay detrás es que el hierro aumenta las cantidades de plancton, que a su vez actúan como "succionadores" del dióxido de carbono atmosférico extra que genera el calentamiento. Pero enseguida, tras los experimentos, se pidió una moratoria debido a que sus consecuencias en grandes ecosistemas son inciertas, y ya hay científicos que alertan que si se extiende la práctica pueden sobrevenir desde la muerte masiva de fauna ictícola hasta que en el proceso se libere metano.

TAPAR LOS RAYOS DEL SOL

Nivel de aplicabilidad: Bajo

Grado de sensatez: Nulo

Otro intento que prima facie puede sonar de ciencia ficción, pero que se toma en serio en las universidades y academias científicas más importantes del mundo, como la Sociedad Real de Londres (Royal Society). Se trata de colocar reflectores/cortinas en algún lugar celestial para que llegue menos luz solar. Lo propuso por primera vez James Early, cuando sugirió un megapanel de 2000 kilómetros de ancho a colocar entre la Tierra y el Sol; ese tipo de mecanismo ahora es conocido con el nombre general de Gestión de Radiación Solar. Variante: colocar espejos reflectores en grandes sectores desérticos (evalúan hacerlo en Africa porque allí no hay países, ¿verdad?) para que la luz vuelva al espacio.

SEMBRAR NUBES

Nivel de aplicabilidad: Mediano

Grado de sensatez: Nulo

Cuando los volcanes despiden ciertos gases (sulfatos) el efecto en la atmósfera es refrigerante, como sucedió famosamente tras la erupción del Pinabuto, en Filipinas en 1991. La idea en este caso es cargar a las nubes con este tipo de gases, con aviones, megamangueras o incluso cañones. La contra no es técnica sino que las causas subyacentes del calor se mantendrían -los gases de efecto invernadero- y las cosas acá abajo seguirán complicándose. Además, una vez que empiece es imposible de detener y podría generar enormes sequías. También acabaría con una característica de este planeta: los cielos celestes.