“Análisis de los accidentes de trabajo por sobreesfuerzo”

Escrito por Pevención Integral - España

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ABSTRACT

Conocer la realidad que rodea a los accidentes laborales es fundamental para diseñar programas de actuación efectivos, que reduzcan su frecuencia. Con este objetivo realizamos el estudio analítico cuyos resultados queremos presentar.

El estudio comprendió el análisis de la información contenida en los partes de accidente notificados durante un año y la investigación, mediante visita a la empresa, de uno de cada diez accidentes pertenecientes al grupo que, gracias a que en una fase anterior habíamos tipificado los sectores de actividad y el tamaño de las empresas donde había una mayor frecuencia de sobreesfuerzos, sabíamos que nos iba a aportar más, y más fiable, información.

Los resultados proporcionaron gran cantidad de datos útiles sobre el entorno de los sobreesfuerzos: tipificamos las empresas de riesgo según su tamaño y actividad, cuantificamos la importancia de la manipulación manual de cargas y las posturas forzadas como mecanismos de producción, pudimos valorar la influencia de factores organizacionales y la implantación real de la gestión preventiva en las empresas respecto a estos accidentes.

Palabras clave: Sobreesfuerzos; Ergonomía; Accidentes; Manipulación manual de cargas.

INTRODUCCIÓN

Los datos utilizados para el estudio fueron los recogidos en el Centro de Seguridade e Saúde Laboral de A Coruña, correspondientes, por lo tanto, a todos los accidentes notificados oficialmente en la provincia, es decir accidentes con baja.

Nos centramos en los accidentes declarados como “sobreesfuerzo físico – sobre el sistema musculoesquelético”, ya que, desde el punto de vista ergonómico presentan una clara problemática específica, aunque sabíamos con anterioridad que este grupo es como un cajón de sastre en el que se meten muchos accidentes que no deberían estar en él.

El objetivo principal era recabar información sobre los accidentes como base para el diseño de posteriores programas de actuación.

Para ello queríamos:

 

Trabajo de campo

Dado que la información contenida en los partes no nos parecía suficiente para obtener resultados, y que uno de los problemas que sospechábamos era que éstos no reflejaban fielmente lo sucedido en el accidente, éramos conscientes de la necesidad de investigar “in situ” una cantidad determinada de accidentes.

Estos accidentes se escogerían aleatoriamente, seleccionando por orden de entrada uno de cada diez partes. Esto significaba realizar 319 visitas.

Al afrontar la investigación individualizada de cada uno de esos accidentes, nos encontramos con diversas situaciones que nos imposibilitaron la realización de la proyectada investigación en 40 de los casos. Entre ellas cabe destacar: La imposibilidad de establecer contacto con la empresa debido a problemas de filiación en los partes de accidente recibidos y que no pudieron ser solventados; el hecho de que, aunque el accidente hubiese ocurrido en la provincia de A Coruña, la empresa radicaba fuera de la comunidad autónoma, no teniendo razón social conocida en la provincia; y, finalmente, la falta de colaboración mostrada por algunas empresas que, después de establecer los contactos previos para la realización de la visita, decidieron no colaborar en el estudio.

Quedaba, por tanto, un montante total de 279 accidentes a cuyas empresas se realizó la pertinente visita. Aún entonces, y a pesar de todos los filtros previos, tuvimos que descartar otros 21 accidentes por no estar causados por sobreesfuerzo.

Para recabar la información derivada de la investigación en la empresa se procedió a la elaboración de un cuestionario mediante la síntesis de los cuestionarios de investigación de accidentes por sobreesfuerzo y de investigación de enfermedades profesionales, publicados por el Instituto Navarro de Seguridad y Salud Laboral, con alguna adaptación personal.

Se recogió abundante información sobre los siguientes aspectos:

RESULTADOS DE LAS ACTUACIONES PREVIAS

Como señalamos antes nos interesaba conocer en que tipo de empresas, en cuanto a su plantilla y su actividad, se daban con mayor frecuencia estos accidentes

Frecuencia en función del código de actividad

Los sectores donde aparece mayor frecuencia de accidentes por sobreesfuerzo, codificados según Código Nacional de Actividades Económicas del año 93, son:

o Sector 502 de acuicultura.
o Sector 152 de elaboración y conservación de pescados y productos

a base de pescado.
o Sector 45: Construcción

 

o Sector 52: Comercio al por menor, excepto de vehículos de motor y motocicletas. Reparación de efectos personales y enseres domésticos.

o Sector 851 de actividades sanitarias.

Se hace referencia al código de dos dígitos cuando la frecuencia de los accidentes es similar en la mayoría de los subniveles y se hace referencia al de tres dígitos cuando la accidentabilidad prácticamente se concentra en uno de ellos.

Frecuencia en función del tamaño de la plantilla de la empresa

Se calcula el índice de siniestralidad por tramos de plantilla, utilizando los datos del Instituto Nacional de Estadística acerca del número total de empresas existentes en la provincia en base a los tramos de plantilla establecidos y el tamaño medio de las empresas.

Consecuentemente a los datos obtenidos se decidió no analizar los accidentes acaecidos en aquellas empresas con menos de 6 trabajadores, así como en los trabajadores autónomos, debido a su escasa representatividad en el total de la muestra.

CONCLUSIONES

Fiabilidad de la información existente

Uno de los aspectos que se confirma cada vez que realizamos un estudio pormenorizado de partes notificados, tanto de enfermedad como de accidente, es que la fiabilidad de la información recogida en ellos es muy escasa, por ejemplo:

Se comprobó que un número relevante de partes no se deberían haber codificado bajo el epígrafe 71. En la descripción del accidente se encontraban situaciones como: “tropezó y se torció el tobillo”; “resbaló y se lastimo la pierna”; “se cayó de la caja del camión” y muchas otras de carácter similar.

Esto lleva a sospechar que, en ocasiones, las estadísticas sobre siniestralidad nos dan datos que no reflejan la realidad de forma adecuada. El problema tiene una gran importancia ya que, los datos existentes van a ser la base del diseño de las diversas actuaciones de la Administración y de las Mutuas de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales en relación con la prevención de accidentes y enfermedades laborales. Evidentemente si la información sobre la que se diseña la actuación no es cierta, su eficacia no puede ser la esperada.

Estructurar y llevar a cabo planes de actuación en estas condiciones tiene repercusiones negativas entre las que cabe señalar:

 

seis trabajadores es considerablemente menor de lo que se esperaba.

Tradicionalmente estamos acostumbrados a considerar las microempresas como un grupo de alta siniestralidad. Se sabe que la implantación de la gestión en prevención de riesgos laborales en estas empresas es mucho menor que en las medianas o las grandes.

Es cierto que el colectivo de trabajadores que pertenecen a microempresas es muy amplio, por lo tanto, cualquier hecho que les afecte aunque sea en un pequeño porcentaje tendrá repercusión notable en el mundo laboral. En este caso en concreto la importancia vendría de ahí, del número total de los accidentes por sobreesfuerzo. Pero en realidad tampoco el volumen total es tanto. Si ordenamos de mayor a menor los grupos de empresas en función de la plantilla utilizando como criterio la frecuencia bruta de los accidentes por sobreesfuerzo, el grupo de empresas de menos de seis trabajadores ocupa el cuarto lugar.

Teniendo en cuenta la veracidad de que la implantación de la gestión de la prevención de riesgos laborales es mucho menor en las microempresas, debemos valorar que existen factores propios de este tipo de empresas que se convierten por sí mismos en factores de prevención.

Dentro de los factores organizacionales, desde un punto de vista ergonómico el control sobre el trabajo y la variedad de las tareas asumidas por el trabajador son factores fundamentales. La variedad de las tareas disminuye o elimina la monotonía y reduce el tiempo de exposición a condiciones de trabajo generadoras de riesgo (posturas forzadas, manipulación manual de cargas, etc.). El control sobre el trabajo permite organizar la ejecución de las tareas de forma que tanto la fatiga física como la mental no lleguen a un nivel excesivamente alto.

Por lo tanto el tipo de organización existente en las microempresas, al ser más ergonómico, previene la aparición del accidente, aunque esto suceda de forma intuitiva.

Actividad de las empresas

Las actividades que presentan mayor accidentabilidad en cuanto a la causa que estamos analizando son la construcción y el comercio al por menor.

La primera de ellas agrupa al 22,54% de los accidentes por sobreesfuerzo y la segunda el 11,63%.

Sobre los accidentes ocurridos en el sector de la construcción se deben tener en cuenta varios detalles:

Edad y sexo del/a trabajador/a accidentado/a

En el caso de los varones el mayor número de accidentes sucede en trabajadores que se sitúan entre 21 y 31 años, la frecuencia va disminuyendo según aumenta la edad.

Evidentemente es fácil ligar la juventud de los trabajadores con su falta de experiencia en el trabajo. Debemos tener en cuenta que hablamos de accidentes que, en su inmensa mayoría, ocurren en trabajos sin cualificación, es decir el trabajo se aprende en la propia empresa.

En el caso de las mujeres la máxima frecuencia de los accidentes por sobreesfuerzo se da entre los 31 y 40 años, un poco más tarde que en el caso de los varones.

Son dos las posibilidades para que esto suceda:
a) Incorporación al trabajo más tardía de la mujer que del hombre.
b) Los riesgos a los que están expuestas podrían tardar más en causar lesión.

Los accidentes por sobreesfuerzo supusieron que en ese período se accidentase un 1,72% de la población masculina ocupada y un 0,70% de la femenina. Claramente podemos decir que el colectivo de los hombres está más afectado.

Antigüedad

Es muy importante la información que nos suponen los datos sobre la antigüedad en la empresa. El grupo de mayor tamaño, con mucho, es el de los accidentes en personas que llevan en la empresa un año o menos, y supone un 34,11% del total. El grupo que le sigue ya es claramente menor y agrupa el 16,28% de los accidentes, correspondiendo a los trabajadores cuya antigüedad es mayor de un año y menor o igual a dos. Evidentemente la falta de experiencia es un desencadenante del accidente, pero podría suplirse con formación. Dado que teóricamente estos trabajadores han recibido formación podemos concluir que ésta es insuficiente o inútil.

A este respecto deberíamos apuntar dos medidas preventivas muy importantes:

para que esto suceda así, pero han surgido distintas teorías que, finalmente, podemos agrupar en dos:

a) Los accidentes que se declaran y reciben asistencia médica el lunes se derivan de un excesivo desempeño físico en el fin de semana. Esta actividad puede ser de varios tipos: trabajo en el hogar; trabajo agrícola en el terreno familiar; actividades deportivas diversas, etc.

Esta teoría tiene en su contra el siguiente hecho: como podemos ver en la tabla, la tendencia a disminuir la frecuencia de los accidentes a lo largo de la semana es paulatina.

Lunes

23,35%

Martes

20,00%

Miércoles

18,15%

Jueves

16,90%

Viernes

15,5%

Sábado

1,62%

Domingo

0,2%


Evidentemente no podemos valorar la frecuencia del sábado y el domingo porque el número de personas expuestas es mucho menor y no lo conocemos para poder ponderarlo.

La teoría del excesivo desempeño físico en el fin de semana parece que concordaría más con un elevado número de accidentes el lunes y luego una estabilización a lo largo de la semana, y no un descenso paulatino como sucede. No parece muy factible que una persona accidentada el domingo espere hasta el miércoles para recibir asistencia.

b) La segunda teoría plantearía lo contrario: Sería la reanudación de la actividad después del sedentarismo del fin de semana lo que provocaría que aquella estructura anatómica que, en realidad, ya está en malas condiciones, debido a una utilización excesiva, se lesione. Esta situación provocaría el mayor número de accidentes del lunes. A partir de ahí entraría en juego una función entre dos factores, a saber:

aparición de la lesión incapacitante. Hay que tener en cuenta que la inmensa mayoría de los trabajadores fueron dados como aptos sin ningún tipo de restricciones en los respectivos reconocimientos médicos (iniciales o periódicos) realizados.

De todas formas es chocante que ese 13,18% de trabajadores que ya habían sufrido el mismo problema con anterioridad y, en varios de los casos, en repetidas ocasiones, no genere ni siquiera una pequeña limitación a la hora de desarrollar la tarea.

Es posible también, por buscar una explicación, que los protocolos utilizados en personas expuestas a estos riesgos no sean válidos y por tanto no ayuden a descubrir una lesión que se está gestando, o bien estos no estén siendo utilizados con todo el rigor necesario. Si esto es así el objetivo de prevención primaria, que justifica la aplicación de estos protocolos, no se podría alcanzar.

Incidencia de la lesión

El hecho de que en un 52,71% de los casos hubiera en el mismo puesto de trabajo otros trabajadores que habían sufrido lesiones similares confirma que no se puede culpabilizar a los trabajadores invocando una deficiente realización de la tarea. Está claro que la mínima frecuencia de sobreesfuerzos que aparece en muchos puestos de trabajo, como por ejemplo bombero y jardinero, nos encamina a pensar en el puro accidente y en cambio la acumulación existente en otros puestos como los de encofrador, en la actividad de construcción, y preparador de pedidos, en la de comercio al por menor, nos habla de deficiente diseño de las tareas con: excesiva manipulación de cargas, adopción de posturas forzadas durante demasiado tiempo, etc., y lo más triste es que, a estas alturas, ese deficiente diseño no ha sido objeto de ninguna atención ni ninguna medida preventiva por parte de las empresas ni por parte de los servicios de prevención.

Formas de producción

Las cuatro formas de producción más habituales en estos accidentes son:

Viendo los mecanismos de producción existentes reivindicamos que los accidentes por sobreesfuerzo en cuanto a su análisis y evaluación se retiren definitivamente del área de seguridad industrial, ya que esta disciplina no estudia las condiciones de trabajo que los originan, y pasen a las áreas de ergonomía en donde toda la problemática relacionada con ellos es una problemática reconocida y estudiada.

Condiciones de trabajo que generan riesgo

En cuanto a los riesgos existentes en los puestos de trabajo, con mucho el más habitual, es la manipulación manual de cargas mayores de tres kilos, seguido no muy lejos de la adopción de posturas forzadas; a mayor distancia y por este orden aparecían la aplicación de fuerzas; los movimientos repetitivos y, finalmente, la manipulación manual de cargas de menos de tres quilos de peso.

Hay que tener en cuenta que en un puesto de trabajo pueden aparecer uno o más de estos riesgos. Los dos que se asocian con mayor frecuencia son la manipulación manual de cargas y la adopción de posturas forzadas.

Siendo la condición de trabajo que más habitualmente provoca estos accidentes la manipulación manual de cargas, podemos sobre ella dibujar el siguiente mapa:

 

 

17.Estrés de origen laboral y trastornos musculoesqueléticos: ¿existe algún vínculo?. Dr. Jason Devereux. Centro temático de buenas prácticas (en materia de TME) de la Agencia Europea. Robens Centre for Health Ergonomics, Universidad de Surrey, Reino Unido.

 

Seoane Farré Rocío

Departamento de Medicina Laboral y Ergonomía / Centro de Seguridade e Saúde Laboral de A Coruña / ISSGA / r/Montserrat sn – 15009 A Coruña, España

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Fernández Vázquez Antonio

Departamento de Medicina Laboral y Ergonomía / Centro de Seguridade e Saúde Laboral de A Coruña / ISSGA / r/Montserrat sn – 15009 A Coruña, España

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