Del enfrentamiento a la concordia: ¿O estás conmigo o estás contra mi?

Escrito por Prevención Integral - España

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La dureza del debate político no deja de ser un reflejo del cada vez más difícil entendimiento entre personas en todos los ámbitos del mundo empresarial, económico y laboral. Si alguien se atreve a discrepar del punto de vista del interlocutor puede pasar a ser su enemigo. La frase o la estrategia del "o estás conmigo o estás contra mi" parece tomar cuerpo a todos los niveles de la relación humana. Pero hay otra vía, quizás más laboriosa, quizás más lenta, pero que aporta mejores soluciones por ser más convincentes, más reposadas, más sólidas, aunque sean intermedias pero poniendo el acento en el beneficio colectivo por encima de las ventajas individuales, particulares o parciales. Hagamos una reflexión.

"El hombre es un lobo para el otro hombre" dijo Hobbes. También Sartre dijo algo parecido: "Los otros son mi infierno". Esta visión tan negativa de la relación, no puede augurar un futuro halagüeño para la humanidad, porqué sugiere el enfrentamiento y la violencia. Es cierto que la modernidad pone al hombre como centro de todo, pero no como humanidad, si no como individuo. Esto lleva a aquel individualismo, que difícilment atiende la voz de los otros. El "ego" está por encima de todo, y esto nos dirige a una dinàmica que prima lo personal por encima de lo colectivo. Prima el poseer, por encima del compartir. Prima la lucha y la competitividad, por encima de la cooperación y la ayuda. Esto genera una sociedad atomizada, sin capacidad para generar vínculos convivenciales de calidad.  Esta es la asignatura pendiente tanto a nivel personal como colectivo. Aprender a convivir.

La falta de aprendizaje para crear espacios de diálogo y de convivencia positiva, es la causa de tantos fracasos, en las relaciones de pareja, en las relaciones familiares, en las relaciones de vecindad, la relación entre unos y otros en la via pública,la relación laboral y la relación entre gobiernos y  entre paises. Y el máximo exponente del fracaso, es el deseo de derrotar al adversario. El futuro necesita otro camino. Aprender a convivir requiere aprender a comunicarse bien.

Pero ¿como entendernos si normalmente partímos de ideas distintas o de convicciones diversas? ¿Como se ha de situar el que habla delante del que escucha? ¿Como se ha de situar el que escucha delante del que habla? ¿Como generar espacios de encuentro, para llegar a acuerdos, aunque sea reconocer que no estamos de acuerdo? Pero no vernos como enemigos, por el hecho de pensar diferente. Generar enemistad porqué se discrepa, es negar la concordia en la situación de conflicto.

Una buena convivencia requiere una buena comunicación. Por parte del que habla, expresión clara y concreta, sin imposiciónes ni descalificaciones. Por parte del que escucha, una atención profunda a las razones del otro. Si mientras el otro habla estoy pensando en como rebatir sus razonamientos, no estoy ofreciendo buena comunicación. Otro aspecto importante seria el contenido de la comunicación. Si lo que comunico es banalidad  o mentira, estamos perdiendo el tiempo, unos y otros. Si lo que comunicamos tiene firmes contenidos éticos y prosociales, estamos mejorando las relaciones con los que nos rodean, y nos preparmos para dar el gran paso de una cultura del individualismo y la desvinculación, a otra cultura mas humana, que genera vínculos, y que usa siempre el diálogo, como herramienta fundamental de relación.